FAUNA Y FLORA

El pino silvestre (Pinus sylvestris)se diferencia del resto de pinos por el color anaranjado de sus ramas jóvenes. Florece en mayo y junio con una flor inconfundible: la piña. Comparada con otros pinos es una piña pequeña, igual que sus hojas, que son las más pequeñas de entre todos los pinos. Encontramos pinos silvestres en zonas montañosas, por encima de los 1000 metros, y los podemos detectar enseguida fijándonos en su copa, en forma de cono. Los pinares de pino silvestre son poco resistentes a los grandes incendios por su baja capacidad de regeneración y son también muy sensibles a la sequía. Su madera es muy preciada: la podemos ver, por ejemplo, como vigas de las construcciones del siglo XX.

Cerca el río encontramos también prados de suelo calcario donde crecen plantas herbáceas como el pie de león (Alchemilla flabellata), llantén mediano (Plantago media), cuajaleches (Galium verum) o herbario de Jaca (Cirsium acaule). En estos prados pasturan vacas, ovejas y caballos. Las últimas décadas ha disminuido la carga ganadera y esto favorece que poco a poco los prados vayan enriqueciendo la flora que crece. No obstante, los prados de pasto forman parte del paisaje del Ripollès y como visitantes es importante respetar los espacios agrarios y ganaderos.

El roble pubescente es el segundo árbol con más presencia en el municipio de Campdevànol, siguiendo el pino silvestre. Es un árbol de copa abierta y desordenada que puede llegar a hacer unos 20 metros. A menudo tienen el tronco torcido y de color gris. Las hojas del roble tienen el margen ondulado y los frutos son las características bellotas, que sirven de alimento a ratones y jabalíes.